A lo largo de los años hemos tenido diferentes plantas pero al final se nos acababan muriendo, bien por no tener tiempo para cuidarlas, bien porque el sol se encargaba de rematarlas.
Ahora que llega el buen tiempo estamos intentando aprovechar al máximo nuestros momentos de terraza. Están siendo días de jardinería, almuerzos y cenas, alguna que otra siesta en nuestra cama de palé, atardeceres preciosos, etc. Es genial disponer de un espacio tan amplio para jugar con Golfo, que también disfruta de la terreza con nosotros.
Han sido muchos los momentos de jardinería. Nos estamos decantando por plantas que aguanten bien la alta exposición al sol. Hemos comprado bastantes plantas crasas (conocidas también como plantas suculentas o carnosas) y algunos cactus que adornan nuestra mesa de la terraza. ¡Esperamos que lleguen al invierno y no se nos mueran por el camino!
Por lo pronto esta semana hemos estado muy pendientes de esta pequeña.
¿No es genial ver esta evolución?
Tenemos ilusión también por ver crecer nuestro pequeño drago. Hace dos años que lo tenemos, coincidiendo con nuestra llegada a la isla de La Palma. Lo escogimos de entre los muchos que crecen en el jardín de mi abuela. Ella tiene en su jardín un drago enorme que tiene también una bonita historia y es que mi padre, siendo novio aún de mi madre, le llevó plantado a mi abuela (por entonces su futura suegra) este drago en un vasito de yogur. Hoy en día este drago mide más de 4 metros. Ojalá el nuestro siga su estela, eso sí, ahora en Tenerife.
¡Feliz fin de semana!