Como has podido ver en días anteriores, esta nevera se ha convertido en una de las piezas fundamentales del diseño de nuestra cocina reformada. Aplicando la máxima de reciclar y aprovechar todo lo que se pudiera para esta remodelación, aprovechamos una nevera que, si bien funcionaba a la perfección, se había quedado en desuso por tener un poco de óxido en una puerta que le daba un aspecto descuidado y feo.
La idea era no sólo aprovecharla sino también darle un aire divertido y, de alguna manera, lavarle la cara para que pareciera nueva. La inspiración para este proyecto vino de la mano de
Smeg y sus coloridos electrodomésticos, entre los cuales destacan por encima del resto las neveras. Me gusta mucho el estilo retro de estas neveras pero sobre todo su colorido, alegre y chic.
El óxido se eliminó con un lijado suave. Se cubrieron algunas zonas con cinta de carrocero, como las juntas de goma de las puertas o el panel de información superior, para protegerlos de la pintura. Para pintarlo elegimos pintura en spray de un color naranja intenso (con tres botes es suficiente para pintar la nevera al completo). En nuestro caso, con una previsión de lluvias inminente, el trabajo se realizó con un poco de prisa y no quedó del todo bien (se hicieron algunos churretes y se quedaron unos dedos marcados al moverla antes de tiempo) pero casi ni se nota. Yo lo veo desde que entro por la puerta pero ha resultado ser un mal menor ;)
Si te vas a animar a pintar tu nevera te recomiendo que tengas paciencia al aplicar la pintura porque si no te ocurrirá como a mí, que el exceso de pintura formará gotas. Poco a poco y respetando los tiempos de secado el resultado será perfecto. Cuidado con la parte trasera de la nevera y aplicar pintura, ya que podría afectar al buen funcionamiento de la misma.
Y con esto y un bizcocho (o quizá pueda decir con un
Banana Bread, que sé que te has fijado en las imágenes jeje) despedimos este espacio. Espero que te haya gustado. ¡El próximo día la receta!
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