Como ya sabes hace unas semanas nos mudamos por tercera vez. Nuestra nueva casa palmera no es muy grande, pero es espaciosa y muy luminosa. Tiene tan sólo una habitación, un baño, un cuartito para la lavadora, y un salón-comedor-cocina, pero es suficiente para nosotros. Además, tenemos un pequeño balcón que no da a la calle, así que es un piso bastante tranquilo, y Golfo lo aprovecha para pasar las sobremesas tumbado al sol.
Intentar hacer acogedora una casa que no es la tuya es un poco más complicado, pero no imposible. Es verdad que la mayoría de las cosas no son tuyas (si está amueblado y equipado), y los muebles o los colores no los has elegido tú, pero es lo que hay y hay que intentar adaptar y hacer tuyo ese espacio que, al fin y al cabo, va a ser tu hogar durante no se sabe cuánto tiempo. Yo no soy ninguna experta, pero intentaré darte algunos consejos que a mí me funcionan.
1. Elige qué cosas de las que hay allí quieres o crees que puedes aprovechar y cuáles no. Las que no, guárdalas en un rincón que no vayas a usar, como el altillo de un armario, o devuélveselas a su dueño.
2. Limpia en profundidad cada rincón. Quizá sea un consejo esperado y lógico, pero es la única forma en que te sentirás realmente a gusto.
3. No hagas cambios drásticos sin pedir permiso al dueño, como pintar las paredes o los muebles, a no ser que el contrato lo permita expresamente.
4. Adapta el espacio y los muebles a tus necesidades. No tengas miedo a cambiar las cosas de sitio y reorganizar los espacios.
5. No tienes que hacer un gran desembolso comprando de todo. Intenta dar tu toque personal con cosas sencillas. Puedes invertir en esa funda de edredón para la cama que siempre quisiste, en fundas y cojines nuevos para el sofá, en una alfombra, o en una nueva cortina de ducha.
6. La decoración con pequeños objetos también ayuda a que te sientas cómodo/a. Piensa en aquello que echas de menos o que te hace sentir bien y ponte en marcha. En mi casa, de alquiler o propia, nunca faltan fotografías, velas y un quemador para el incienso.
7. Para mí la luz es importante. No sólo la luz natural, sino también las luces del hogar. Si para ti también es importante y la nueva casa no dispone de ninguna, invierte en alguna lámpara de luz indirecta que te permita crear ese ambiente acogedor cuando llega la noche.
8. Pide permiso para colocar cosas en las paredes o, al irte, deja la pared tal y como estaba originalmente. Igualmente, no conserves cuadros o adornos que no te apetezca ver cada día. Si eso ocurre, aplica la máxima del consejo número 1.
9. Si te ves obligado a adquirir algún mueble, elige algo que te guste pero también algo neutro que combine con diferentes espacios y estilos, porque nunca se sabe qué casa será la última.
10. ¡Vive con ilusión tu nuevo espacio!
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