Con el caos de publicaciones de los meses anteriores a la boda (o más bien de la ausencia de ellas) hoy, como ya te prometí ayer, a pesar de no ser día 12, voy a enseñarte dos de * mis pequeñas colecciones *. Además, por no haber publicado colección ni en septiembre ni en octubre, hoy toca colección doble pero que tienen mucho en común ;)
Cada vez que nos vamos de viaje nos encanta traernos algunos recuerdos; a veces tazas, a veces cuadros o láminas, a veces libros, a veces algún objeto decorativo, depende del lugar, de lo que veamos o de lo que nos guste, pero hay algo que siempre traemos a casa, y es un imán para la nevera.
En ocasiones la búsqueda de nuestro imán resulta ser una labor complicada ya que no sé por qué a veces hacen imanes realmente feos. En nuestro último viaje, nuestra Luna de Miel, esa búsqueda no fue nada fácil. En Londres, por ejemplo, el último día pateamos media ciudad bajo la lluvia buscando algo que medianamente nos gustara... aspirar a un imán que nos encantara era pedir demasiado... :S
Así que como puedes imaginar, hoy voy a enseñarte algunos imanes que forman parte de mi pequeña colección de imanes de nevera.
De nuestros viajes, además del imán correspondiente (ya no sabemos viajar sin comprar un imán jeje) siempre nos gusta traernos algo más. Como te comentaba antes, hay variedad de cosas y nada está definido de antemano, por eso hoy también voy a enseñarte algunas cosas que componen mi pequeña colección de recuerdos de viajes.
Como te enseñaba en días anteriores, no todos nuestros recuerdos de viajes han sido adquiridos (y con adquiridos me refiero a comprados). Un ejemplo de ello es nuestro cuadro de hojas rojas que hice para recordar ese maravilloso viaje a Praga y su otoño o el cuaderno de viaje de nuestra reciente Luna de Miel.
Y sumando ejemplares para nuestras colecciones, en EuroDisney compramos un adorno para el árbol de navidad y una taza para mi pequeña colección de tazas.
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