Mi padre es de esas personas a las que no le gusta demasiado celebrar el Día del Padre por lo mismo que a mí no me gusta demasiado celebrar el Día de los Enamorados... ¡cómo se nota que soy su hija!. Siempre nos decía que en un día como el de hoy celebrábamos que era el día de su Santo pero nada más, porque padre lo era todos los días. Evidentemente, cuando éramos niños y llegábamos a casa con esos regalitos manuales hechos en el colegio jamás se le ocurrió decirnos algo así sino que aceptaba encantado y con una sonrisota esas pequeñas chapuzas (porque en esto hay que ser sinceros y, o lo hacía tu maestra, o llegabas a casa con un algo que no se sabía bien lo que era pero que decía Felicidades papá). A pesar de que no le gusta nada guardar por guardar, sé que guarda en un cajón todas esas pequeñas chapuzas, así como las primeras cartas o notas que le escribíamos cuando vivía lejos por trabajo. ¡Mi padre es grande! Él ha estado siempre a mi lado, cuando me merecía una torta y cuando anhelaba un abrazo. Gracias papá por ser uno de los pilares de mi vida y por quererme tanto. ¡Feliz día, papá!
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